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Sunday, October 25, 2020

Cuando quiero llorar lloro

Liz Marie Jaeger, nacida el 8 de agosto de 2016 a las 8:00 am Diagnosticada con Turner syndrome antes de nacer, revalidado su diagnóstico a pocos días de haber nacido . Vino a nuestras vidas a hacernos reír a carcajadas, y a aprender millones de cosas con ella. Liz no es una niña normal, es una niña extraordinaria, carismática, sociable y jodida como ella sola. Su madre ya de 43 años siente una angustia diaria acompañada de una ansiedad peligrosa en cualquier tema que tenga ver con la pequeña “Lili” Lili comenzó a convulsionar a los 3 años supuestamente despues de una operación ambulatoria de la colocación de los tubos en los oídos , nadie sabe por qué? De donde? Como ? Ni cuando? Lo único que al menos su madre espera es que como la mayoría de los casos se le vaya solo, han sido muchos meses de angustia, de preguntarse por qué , por qué le pasa esto a Liz? Por que no le pasa algo a ella en vez de a Liz. Irís tiene una vida perfecta, está orgullosa de la familia que ha construido, se siente plena con su vida, con sus amigos, sus relaciones, sus trabajos, sus millones de zapatos. Le es difícil entender el por qué Liz vino a enseñar a su familia y a su entorno, Liz vino a romper reglas, a vestirse descombinada, a no hablar, a dormir en la cama de sus papás, a saltarse la cuna, a meterse en la lavadora, a hacer travesuras, Liz vino a cantar ........ Su madre llora, su madre piensa, se arranca pelos, se arranca la cutícula, aprieta los dientes, su madre promete a santos, a la virgen de la chinita, al beato Carlo Acusti, a Dios ; cosas, mil cosas con tal de que le hagan el milagro y le curen a Liz . Que amanezca hablando, que se vayan las convulsiones para siempre. Ha estado muy cerca Han pasado semanas sin convulsiones, ha hecho progresos y su madre se ilusiona, agradece, agradece a diario por la oportunidad , por la vida, por la salud, por la felicidad, por las pequeñas cosas, por las grandes cosas, por el amor Ha probado el positivismo Ha probado las constelaciones Ha probado las meditaciones Y cuando las convulsiones vuelven a aparecer se desmorona su mundo, nada importa, el corazón se rompe en mil pedazos, solo importa Liz, ponerla cómoda, complacerla, darle besos, abrazos, pototis, lo que ella quiera , sin tan solo eso ayudará, pero no ayuda... Lo más duro es aceptar que no hay nada que hacer, que vienen cuando vienen y que se van cuando se van. Y la ansiedad de su madre crece y crece y los pensamientos vienen y se quedan y no hay oración que pueda darle consuelo, y piensa que hay muchos niños que están peor, y piensa en el egoísmo de no querer que nada le pase a su Liz, a la chiquita que lleva la magia y la luz. Y la quiere tanto y la piensa tanto y se imagina a Liz grande estudiando medicina porque seguro va a ser doctora y a su familia apoyándola en todo... esos días llegarán Y llegarán porque yo soy su mamá Y me encargaré de eso!!! Te amo Lila, con mi alma y mi vida

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